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La incompatibilidad en dos palabras: Catalá y mediación

En el mundo frenético en el que vivimos hay informaciones que deberían ser noticia y que, desgraciadamente, no lo son. Pasan desapercibidas pese a su gravedad. Una de ellas ha sido el nombramiento de Rafael Catalá como presidente del recientemente creado Centro Español de Mediación (CEM), que depende la Cámara de Comercio de España. Catalá era secretario de Estado de Infraestructuras cuando sucedió el accidente del Alvia, el 24 de julio de 2013, en el que murieron 80 personas y más de un centenar resultaron gravemente heridas. Pocos meses después, curiosamente, fue ascendido a ministro de Justicia.

Puede que el señor Catalá sepa mucho de mediación o puede que no. Lo que sí quedó claro durante la crisis del accidente de Angrois fue su falta de empatía y sensibilidad con las víctimas, a las que menospreció en repetidas ocasiones. ¿Está capacitada una persona con estas carencias para estar al frente de un organismo que debe fomentar la mediación?

Presionar en vez de disculparse

La gestión alternativa de conflictos y la mediación no se predica, se practica. Durante los meses posteriores al accidente del Alvia, Catalá pudo haber apostado por realizar  una mediación con las víctimas, pero prefirió hacer todo lo contrario. Su excompañera de partido, Teresa Gómez-Limón, que iba en el tren reconoció que Catalá la presionó para que dejase de criticar al PP y de pedir dimisiones por el accidente. Ni  un "lo siento", ni un "perdón" para reparar el daño causado, pero si llamadas para presionar.

Recomiendo ver el extraordinario documental Frankenstein 04155 de Aitor Rei, donde se relatan todas las negligencias que se cometieron y que acabaron produciendo el fatídico accidente. En el largometraje las víctimas relatan con dolor y crudeza el trato recibido por parte de los políticos. Ni la más mínima empatía, ni siquiera respeto.

En el libro Dar la cara es la clave. Cómo comunicar sin miedo en sitiuaciones de crisis, que escribí hace un par de años, dediqué un capítulo que titulé Trata a las vícitimas como si fuesen tu hijos a explicar el trato recibido por las victimas en los accidentes del Yak42, del Metro de Valencia y del Alvia. Todas coincidían en que se sintieron menospreciadas por quienes debían protegerlas.

Mediación: ¿andamio o estructura?

Ahora, debido a la crisis de la Covid19, son muchos los que aprovechan la saturación de la justicia para apuntarse al carro de la mediación como solución de emergencia.  El otro día a mi socia, Mercè Alaball, mediadora organizacional y familiar desde hace más de 20 años le preguntaron desde la Xarxa de Mediació, qué opinaba sobre el movimiento promediación de estas últimas semanas. Lo dejaba claro en una pregunta: ¿o somos andamio o somos estructura?

Hay una militancia de piedra picada de mediadoras y mediadores que se dejan la piel cada día para fomentar un cambio de paradigma en la manera de gestionar los conflictos, sean de la índole que sean.  No merecen ver al frente de una organización como el CEM a una persona con un ADN tan poco mediador como Rafael Catalá.  Las víctimas del Alvia merecen un respeto, la mediación también.